Te busqué en una gota de saliva que no era la tuya. Un símbolo del color de tus pechos me eclipsó. Que el humo que otros exhalan haya pasado por tus pulmones es una maldición insuperable. Enfurecido, tiré abajo una puerta hacia algunos brazos, algunos miembros y algunos peligros. Tu nombre me persigue como un mantra, y se tatúa en mis pasos.
domingo, 11 de agosto de 2013
disociado
Quiero saber quién es el desgraciado que arrancó esta cadena de desafortunados eventos. Me preguntó qué mariposa habrá agitado sus alas en algún lugar remoto de la concha del tero y desató una tormenta. Qué melodía disonante rompió una armonía en algún lado, qué colectivo se escondió para no parar, qué ascensor viajaba con las personas justas y dejó a un pobre flaco esperando en el hall.
Te busqué en una gota de saliva que no era la tuya. Un símbolo del color de tus pechos me eclipsó. Que el humo que otros exhalan haya pasado por tus pulmones es una maldición insuperable. Enfurecido, tiré abajo una puerta hacia algunos brazos, algunos miembros y algunos peligros. Tu nombre me persigue como un mantra, y se tatúa en mis pasos.
Te busqué en una gota de saliva que no era la tuya. Un símbolo del color de tus pechos me eclipsó. Que el humo que otros exhalan haya pasado por tus pulmones es una maldición insuperable. Enfurecido, tiré abajo una puerta hacia algunos brazos, algunos miembros y algunos peligros. Tu nombre me persigue como un mantra, y se tatúa en mis pasos.
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